Palabras sueltas, ideas cluecas, una arandela y un envoltorio de chicle. Todo lo que cabe en un bolsillo tras un largo viaje. Iñaki de las Heras.
jueves, 24 de febrero de 2011
El oficio de tropezar dos veces con la misma piedra (IV)
Pues sí, dicen que en su primer viaje a la Luna el hombre llevaba en el Apolo apenas unos pocos bytes de información, apenas lo que cabe en un documento de word en el que se hayan escrito un par de frases. Me pregunto cuántos kilobytes de información manejaría Felipe II en sus campañas por el Mediterráneo o cuántos Cristóbal Colón en su travesía hacia América o cuántos el servidor web, por llamarlo de alguna manera, con el que empezó a funcionar la Asamblea Nacional francesa después de la revolución. En la era analógica, la información era escasa y valiosa. Ahora, cualquiera de nosotros tenemos en casa más información que la que cabía en la biblioteca de Alejandría. Lo que no sé es si seguimos disponiendo de la misma intuición.
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