lunes, 21 de febrero de 2011

El oficio de tropezar dos veces con la misma piedra (III)

Un triciclo rueda cuesta abajo hacia el abismo de los tiempos. Nosotros que dijimos no a la polio hemos cerrado ya por fin en falso la primera década del siglo. La primera década, de exégesis republicana, comienza el 11-S y termina en las mismas, con la resonancia de aquel atentado. Tres cosas han pasado en estos diez años, "three things": una guerra difusa contra el Islam, una crisis económica y la pérdida de la hegemonía americana. Hasta aquí, la cosa gorda. Luego están los otros cambios, los sutiles. La economía reemplaza a la política, los centros de las ciudades se convierten en parques temáticos del consumo (Zara, Mango, H&M, qué más da París que Madrid que Pinto), la gente desconfía de la movilización, las franquicias ideológicas (de Al Qaeda a Anonymous) y los happening desideologizados proliferan, las burbujas se hinchan, los futbolistas marcan la moda, el élan mafioso marca la moda de los futbolistas, la información es un enorme ruido, el pensamiento se fractura, la crítica se desquicia, la música y el cine y la literatura se consumen en paladas, los jóvenes sueñan con escuelas de negocio y la libertad es un anuncio de telefonía móvil. Se ha producido un gran cambio tecnológico y hemos entrado de lleno en una nueva era digital. En uno solo de sus pen drive cabe toda la información generada entre el pleistoceno y anteayer. El triciclo de los días lleva un gps con la ruta más corta, más eficiente, más barata. Han despedido al conductor.

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