viernes, 29 de abril de 2011

El oficio de delirar (III)

Cuando veo el panel de lucecitas que hay en el Congreso de los Diputados, donde aparecen en colorines los votos de su'señoríah, me entra en un canguelo de flipar. Rojo para el no, verde para el sí y amarillo para el nifunifá. Si una sola de esas bombillitas fallase, si se fundiese, no podrían recogerse los resultados de la votación y el sistema éste se vendría abajo. Ay, qué acohone.

No hay comentarios:

Publicar un comentario