La noche es tan antigua que uno puede notar en sus partículas de nada el sedimiento de millones de años. Una oquedad pesada de átomos vacíos, tramados en una tela vieja y deshilachada. La noche, a diferencia de los días, siempre es la misma noche, la misma oscuridad ininterrumpida que sobrevivirá a galaxias y eones. Y sin embargo, esta noche arde en un escozor de grillos y estrellas como si fuera una eterna novedad.
Hermosa vision de la trascendencia de lo que nos forma... nuestras células como recuerdo de exterellas y homínidos descimpuestos! saludos!
ResponderEliminarmuy bueno!!!!
Vloj