Palabras sueltas, ideas cluecas, una arandela y un envoltorio de chicle. Todo lo que cabe en un bolsillo tras un largo viaje. Iñaki de las Heras.
martes, 18 de enero de 2011
El oficio de desconocerse
Que yo sepa, el mejor juego de la wii es el de llegar a fin de mes. Los gráficos son muy buenos, a escala 1:1 con respecto a la realidad, y en la opción para expertos uno puede gestionar su única vida como si estuviese realmente en su única vida y no en un videojuego en el que la casa, la cocina, la lista de compra y esta lata de coche son invenciones informáticas de un friki coreano. El sonido es también muy realista, aunque yo habría quizá atemperado los ladridos del perro del vecino y el ruido del búho nocturno al rasgar la noche de este barrio deshabitado. Por lo demás, el juego es tan angustioso y desconcertante como la vida misma. Hasta el punto de que uno, si se da maña, puede incluso ahorrar dinero para comprarse, pongamos, una wii.
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