Hemos discutido acerca de qué hay detrás del universo, qué aspecto tienen los alienígenas, qué es el arte, cómo se producen las revoluciones. Conversaciones atropelladas en las que todo el mundo tiene algo que opinar, de las que surgen los pensamientos más íntimos. De todos estos creativos y luminosos zarzales, hay uno que me encanta: cuándo internet se convertirá en una mente. Primero se producirán los actos reflejos, luego el condicionamiento clásico y, por último, la asociación compleja, el cognitivismo, suelo argumentar. Solo me escucho a mí mismo mientras lo digo. El ordenador es una neurona, aseguro, y muchas neuronas son capaces de crear una huella nmésica. Ocurrirá un día, veréis, internet pensará solo y producirá sus propias alucinaciones. Qué divertida conversación para sobreponerse de la cena.